No sé dónde leí o escuché que “una vez es casualidad, dos veces es coincidencia y tres, un patrón”. Johan Cladheart y yo deberíamos estar investigando el porqué de nuestros esporádicos parecidos, sin embargo, nos proponemos escribir de ello, esta vez aposta. La única premisa, el título de esta entrada. Os dejo con su versión.
La misma idea en dos cabezas
por Johan Cladheart
Era una mañana fría y el viento golpeaba con estridencia en el ventanal. El fuego se extinguía lentamente y yo revisaba la prensa del día en mi humilde apartamento de Dorset Street chupando la boquilla de ámbar de mi pipa. Gustaba de comprobar personalmente que el tozudo director Woodley no hubiera dado orden a Howard, el linotipista, de cambiar ni una sola de mis palabras. Verán, me dedicaba a escribir breves relatos en el Daily Telegraph, porque según Woodley «no tenía madera de periodista, pero tenía…
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